Apostar por el cuidado del medio ambiente ha pasado de ser una cuestión de solidaridad a serlo de extrema necesidad y todos y todas lo sabemos. Nos encontramos en un momento en el que hay que aportar, por poco que sea, al cuidado de nuestro entorno. Lo tenemos que hacer tanto a título personal como a título profesional. Tenemos que empezar a pensar las 24 horas del día en este asunto porque, de lo contrario, nuestra Tierra sufrirá las consecuencias de tantos años de excesos y de tan pocos cuidados. Así que es mejor que nos empezamos a concienciar al respecto.
Desde luego, está claro que todas las contribuciones que puedan realizar las empresas serán positivas. Una entidad que sea de grandes dimensiones puede tener un impacto muy positivo en lo que tiene que ver con el cuidado del medio ambiente si se lo toma realmente en serio. Da igual el sector al que se dediquen: siempre se puede hacer algo porque la lucha por el cuidado del medio ambiente afecta a todos los sectores y a todas las personas y entidades que formamos parte de la sociedad. De hecho, las obligaciones que todos tenemos al respecto de estos asuntos siguen creciendo con el paso de los años.
El portal web Libre Mercado hablaba sobre qué es lo que pueden hacer las empresas por el cuidado del medio ambiente. La verdad es que, según se indica en este texto, son varias las actuaciones que se pueden llevar a cabo desde este tipo de entidades.
- Por un lado, se puede mejorar la eficiencia energética con la implantación de bombillas LED o equipos que consuman menos energía.
- La reducción de la huella de carbono de sus productos y servicios es fundamental y se puede conseguir a través de la implantación de una flota de vehículos eléctrica.
- Apostar por el hecho de que la energía provenga de fuentes renovables es también imprescindible.
- La inversión en productos innovadores y exclusivos, que además sean climáticamente inteligentes y de bajas emisiones es otro de los grandes retos que nos tenemos que plantear.
- El refuerzo de su compromiso a todos los niveles empresariales es de una enorme utilidad para que aumente la conciencia acerca del cuidado de nuestro entorno y debe servir para que tanto sus trabajadores como sus clientes se den cuenta de la importancia que ha adquirido la dimensión sostenible en la sociedad actual.
La verdad es que todos los esfuerzos en materia ecológica se están valorando de una manera muy positiva en la sociedad española. Un ejemplo de ello lo ponía una noticia que fue publicada en el portal web del banco BBVA, que aseguraba que las ‘startups’ que cuentan con sello ecológico se estaban posicionando en el mercado español y que no hacían sino ganar importancia con el paso de los meses. La verdad es que, en este sentido, las empresas «verdes» están realizando un trabajo encomiable que les está reportando muchos beneficios.
Todas las empresas pueden hacer algo por el cuidado del medio ambiente. El diseño y las características principales de sus productos deben ser la principal de sus apuestas en este sentido. Un ejemplo lo han puesto recientemente los profesionales de Replus, una entidad dedicada a la instalación de todo tipo de ventanas. Sus ventanas están siendo fabricadas con varios propósitos que tienen una relación directa con el medio ambiente: por un lado, su enorme capacidad de aislamiento permite que no tengamos que depender en tanta medida de los aires acondicionados, cuyo consumo energético es elevadísimo. Por otro lado, la enorme capacidad que tienen estas ventanas para dejar pasar la luz hace que el uso de la luz artificial sea necesario durante menos tiempo cada día.
Una necesidad que es global
Aunque es cierto que no todos los países tienen la misma culpa en lo que tiene que ver con la situación actual de nuestra atmósfera y de nuestro planeta en general, sí que es trabajo de todas las naciones el luchar para tratar de que la situación en la que nos encontramos cambie lo antes posible. Y es que, si no es así, tendremos mucho más difícil revertir todos esos problemas que ya mismo están condicionando la vida y el día a día del ser humano.
Si no nos ponemos manos a la obra, nuestra Tierra tendrá los días contados, de eso no nos debe quedar alguna duda al respecto. Y es posible que nosotros no experimentemos las consecuencias finales de todo eso, pero quizá sí que lo hagan nuestros hijos y nietos, que condenarán de una manera implacable a toda nuestra generación y a las anteriores por no haber sido capaces de haberse puesto manos a la obra en una situación de emergencia como la que estamos viviendo y que tiene como consecuencia final la degradación más absoluta y cruel de nuestro planeta.