Odontología geriátrica: cómo debe ser el cuidado dental en la tercera edad

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Aproximadamente una de cada tres personas en España tiene más de 65 años. Este cambio demográfico tiene un gran impacto en la odontología y presenta a los dentistas inmensos desafíos.

La odontología geriátrica adquiere cada vez más importancia en el futuro a medida que el grupo de pacientes a tratar sea cada vez mayor y más exigente, diferenciándose a grandes rasgos en tres grupos: por un lado, las personas mayores en forma, que acuden a la consulta con confianza y con altos estándares de calidad en términos de funcionalidad y estética. El segundo grupo son los pacientes frágiles que necesitan ayuda y atención especial en la consulta y el tercer grupo son los que necesitan cuidados y deben ser examinados y tratados por el dentista in situ. Aquí también se utilizan sillones de tratamiento móviles.

La salud bucal y dental no sólo influye en la calidad de vida, sino que también tiene un impacto comprobado en la salud general. Dado que el riesgo de otras enfermedades es naturalmente mayor en la vejez, el dentista debe considerarse parte de un equipo médico interdisciplinario para poder tratar al paciente de manera integral. Los expertos de la Clínica Recaver nos indican las causas, prevención y cuáles son las enfermedades bucales y dentales más comunes en la tercera edad.

Síntomas y opciones de tratamiento en odontología geriátrica

1. Enfermedad periodontal

A medida que envejecemos, aumenta el riesgo de sufrir enfermedades dentales. La periodontitis, una enfermedad muy extendida, es la principal causa de pérdida de dientes después de los 40 años. La enfermedad del periodonto comienza con la inflamación de las encías y las encías retroceden. Las consecuencias son dientes tambaleantes e incluso la pérdida de uno o más dientes. La pérdida de la mandíbula puede incluso provocar una falta total de dientes en la mandíbula inferior y superior.

Si ya hay implantes dentales y el periodonto se inflama, esto no se denomina enfermedad periodontal, sino periimplantitis. Sin embargo, los síntomas y la terapia son similares. Los valiosos implantes corren peligro si el paciente no busca tratamiento a tiempo.

2. Pérdida de dientes y falta total de dientes

Dado que la colocación de prótesis removibles en muchos pacientes conlleva limitaciones funcionales y estéticas y, por tanto, resulta insatisfactoria, la implantología moderna ofrece diferentes soluciones. El implantólogo puede sustituir los dientes individuales por implantes dentales. Un tratamiento muy rápido en un solo día para mandíbulas completamente edéntulas es insertar cuatro raíces de dientes artificiales sobre las que se atornillan las prótesis dentales fijas y con un ángulo de perforación específico. La gran ventaja de este método es que los dientes se pueden cargar inmediatamente.

Naturalmente, los implantes también se pueden anclar de manera convencional en la mandíbula. Es posible que sea necesario reconstruir la mandíbula previamente si el volumen óseo no es suficiente. El tratamiento, incluido el período de curación, dura varios meses.

3. Pérdida de altura de mordida

A lo largo de la vida, los dientes pueden acortarse y se pueden perder varios milímetros de estructura dental debido a la abrasión debida al bruxismo (rechinar los dientes). Esto se denomina entonces pérdida de la altura de la mordida. El daño a la estructura dura del diente puede provocar la pérdida de los dientes. Sin embargo, la consiguiente reducción de la mordida no es sólo un problema estético.

La pérdida de altura de mordida resulta en una mordida incorrecta. Esto significa que se altera el entrelazamiento armonioso de la mandíbula superior e inferior, la llamada oclusión. Esto a su vez afecta a la posición de las articulaciones de la mandíbula. También pierden su posición fisiológica. Si los músculos circundantes ya no pueden adaptarse a esta disfunción, se produce una tensión masiva en los músculos masticadores, de la cabeza y de la cara.

Como resultado de la llamada disfunción craneomandibular (DCM), pueden aparecer molestias como dolores de cabeza unilaterales y dolores faciales, migrañas, tinnitus, dolores en la zona de los hombros y el cuello e incluso inclinación de la pelvis. Restaurar una oclusión armoniosa con la altura de mordida correcta es posible mediante la reconstrucción funcional completa (RFC) utilizando terapia con férulas. Para ello, los dentistas y protésicos dentales de RFC requieren una formación y certificación especiales.

Estética y funcionalidad: no hay cuestión de edad

La nicotina, el té, el café, el vino tinto, etc., pueden decolorar los dientes con el paso de los años. Los dientes amarillos o incluso marrones son antiestéticos. Con una higiene bucal adecuada y una limpieza dental profesional en el dentista, se puede prevenir o eliminar la decoloración. Si la decoloración del diente proviene del interior del diente (por ejemplo, por tomar medicamentos), se puede realizar un blanqueamiento profesional.

Por supuesto, también pueden surgir molestias y restricciones estéticas debido a una prótesis removible mal ajustada, como las prótesis totales y parciales. Los puntos de presión causan dolor y son necesarias visitas frecuentes al dentista para revestir las dentaduras postizas y mejorar el ajuste. Las dentaduras postizas viejas también pueden estar «envejeciendo». Los puentes, coronas o incrustaciones viejos tienen fugas y las bacterias penetran profundamente en el interior del diente, lo que puede provocar caries radiculares y, por tanto, provocar dolor. En estos casos, se deben fabricar prótesis nuevas adaptadas individualmente. Hay varios materiales de alto rendimiento para elegir, incluidos la cerámica totalmente biocompatible y el circonio.

Prevención en odontología geriátrica: higiene bucal en casa y controles periódicos en el dentista

El enfoque básico de todo dentista es preservar los dientes naturales durante el mayor tiempo posible, porque nada es mejor que tus propios dientes reales. Tener unos dientes bonitos, hablar libremente, reír libremente y disfrutar de la comida también tienen un inmenso impacto en la salud general y la calidad de vida, que deben mantenerse. En las últimas décadas, la salud dental ha mejorado gracias a los buenos cuidados preventivos y a los avances médicos, de modo que muchas personas mayores todavía tienen sus propios dientes y, por tanto, pueden morder con firmeza.

Para lograr esta condición ideal, es imprescindible un cuidado bucal y dental meticuloso en casa. El cepillado diario de los dientes o la limpieza minuciosa de las prótesis removibles (dentaduras postizas) es fundamental para la salud bucal. Cepillarse los dientes dos veces al día, limpiarse la lengua y usar hilo dental o cepillos dentales ayudan a reducir las bacterias en la boca y mantener a raya el sarro. Esto reduce el riesgo de caries (incluida la caries radicular) y de cualquier enfermedad periodontal. Además, se debe realizar una limpieza dental profesional dos veces al año y realizar revisiones con el dentista, o con mayor frecuencia si fuera necesario.

Todo el mundo debería prestar atención incluso a los pequeños cambios en la boca y reaccionar inmediatamente. Por ejemplo, si se detecta gingivitis (inflamación de las encías), el dentista puede tomar las medidas más rápidas.

Relación entre la salud bucodental y la salud general

Cuando las bacterias en la boca se desequilibran y toman el control, pueden ocurrir caries, enfermedad periodontal y mal aliento (halitosis), entre otras cosas. Estas enfermedades dentales no sólo afectan la calidad de vida, sino que también pueden tener graves efectos en la salud general en la vejez, como el aumento del riesgo de enfermedades cardíacas y circulatorias o conexiones con enfermedades pulmonares, artritis reumatoide y diabetes mellitus.

La salud mental también puede verse afectada por dientes en mal estado y antiestéticos. Algunos pacientes evitan el contacto social porque tienen dificultades para hablar, comer o reír, lo que puede provocarles soledad.

Nutrición dental saludable en la vejez

A cualquier edad se debe asegurar una dieta equilibrada y suficientes líquidos. Se deben evitar los alimentos azucarados con la mayor frecuencia posible. Los microorganismos promotores de enfermedades se alimentan del azúcar (sin importar el tipo de azúcar) y forman placa bacteriana en los dientes. El azúcar también se encuentra en alimentos y bebidas que inicialmente no sospecharías, como por ejemplo: ketchup, aderezos para ensaladas, plátanos, muesli, yogures de frutas, productos precocinados y mucho más.

Si hay dientes sanos, con “mordida correcta” y funcionalidad óptima, no suele haber restricciones a la hora de elegir alimentos para personas sanas. Esto significa que el riesgo de desnutrición es bajo, incluso entre las personas mayores.

Prevenir la boca seca

Muchas personas mayores sufren de sequedad en la boca, a veces como resultado de tomar medicamentos. Sin embargo, la saliva tiene tareas importantes, entre ellas neutralizar los ácidos de los alimentos, tener un efecto desinfectante y hacer que las mucosas y los alimentos sean resbaladizos.

Si tiene la boca demasiado seca, las partículas de comida ya no se pueden eliminar tan fácilmente. Esto aumenta la carga bacteriana y al mismo tiempo aumenta el riesgo de caries y periodontitis. Es aconsejable beber mucho líquido y comer alimentos que requieran masticación (por ejemplo, un trozo de verdura crujiente o un chicle sin azúcar) para estimular la salivación.

Aspectos legales en odontología geriátrica

Para cada tratamiento se requiere un consentimiento legalmente válido del paciente. Si un paciente ya no tiene la capacidad de dar su consentimiento, entra en vigor la Ley de Atención Médica. Por supuesto, todo tratamiento dental debe tener en cuenta al máximo los deseos del paciente y debe realizarse con el consentimiento del cuidador.

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