El turismo es el sector que más potencia económica le da a nuestro país por las razones que ya todos y todas sabemos. España tiene una nómina de motivos para ser visitada, motivos que van desde lo puramente relacionado con el clima a la gastronomía. Y, claro, teniendo eso en cuenta, parece lógico que creamos que haya que seguir desarrollando todo lo que tiene que ver con esta actividad puesto que de eso va a depender el futuro de muchas de las personas de nacionalidad española. Desde luego, resulta evidente que este es el sector que le ha tomado la alternativa a la construcción como el líder económico en nuestro país tras la crisis de 2007.
Pero debemos pensar en el turismo también desde otro punto de vista. No solo podemos centrarnos en lo que tiene que ver con el dinero. También debemos relacionar este tema, de alguna manera, con el cuidado de nuestro entorno, con el cuidado del medioambiente. Este tema es fundamental para garantizar nuestro futuro porque se ha constatado una degradación importante en las últimas décadas y hay que tener un especial cuidado con eso porque va a jugar un papel clave a la hora de determinar la calidad de vida de la gente. Si la temperatura media no para de crecer, si los rayos del sol son cada vez más dañinos y si cada vez hay más y más gases contaminantes, tenemos mucho que perder. La vida, sin ir más lejos.
Si conseguimos adquirir una serie de hábitos medioambientalmente sostenibles en materia turística, estaremos haciendo un bien por nuestro planeta. Y ojo, ese tipo de hábitos de los que estamos hablando no solo deben ser realizados por los propios turistas. De hecho, son entidades como los hoteles las que tienen que empezar por dar ejemplo. Nos cuentan desde Essensix que se ha duplicado en apenas un año el número de hoteles o albergues que están comprando amenities ecológicos para sus clientes, un dato que nos llena de esperanza y que creemos que va a ser determinante para que tengamos un planeta cada vez más sostenible.
Teniendo en cuenta que en España hay una cantidad muy grande de hoteles y que llegan cada vez más turistas año a año, lo que comentábamos en el párrafo anterior es muy positivo. No somos el país más contaminante del mundo ni mucho menos, pero es cierto que eso no nos exime de aportar todo lo que podamos a una causa que es justa y que, sobre todo, es necesaria para que todo el mundo tenga la posibilidad de vivir con garantías. Y es que, ¿os imagináis vivir en un planeta en el que salir a la calle supusiera un auténtico peligro para nuestra salud? Si no hacemos nada, caminamos directamente hacia esa realidad.
¿En qué posición nos encontramos en relación a los turistas recibidos?
España, como ya hemos dicho, es uno de los países que más turistas internacionales recibe al cabo de un año. En concreto, es el segundo clasificado en ese ranking. Solo Francia, con algo más de 90 millones de turistas internacionales a lo largo de un año según los datos de los que dispone el portal web Muy Interesante, nos supera. Nosotros tenemos unos 83’5 millones y seguimos creciendo año a año, mientras que Estados Unidos, que es el país que ocupa la tercera plaza, no llega por poco a los 80 millones.
Teniendo en cuenta estos datos, podemos entrever el papel tan importante que tiene España en lo que mantiene relación con el turismo y el medioambiente. En este sentido, estamos jugando un papel mucho mejor que el de Estados Unidos, un país que cuenta con casi los mismos turistas internacionales que nosotros pero que hace bien poco por el cuidado de nuestro planeta. La verdad es que todo le iría mucho mejor al ser humano si naciones como Estados Unidos o China cumplieran con los protocolos y con los niveles de emisiones máximos establecidos. Todo el mundo sabe que no es así.
¿Y cuáles son los países más ecológicos del mundo?
Hemos querido saber cuáles son los países que disponen de las mejores condiciones ecológicas en todo el mundo. Nos ha llamado la atención que, para el portal web Compromiso RSE, nueve de los primeros diez países de esa lista son europeos. En concreto, son Suiza, Francia, Letonia, Noruega, Luxemburgo, Austria, Italia, el Reino Unido y Suecia. El décimo es Costa Rica, en América Central. En cuanto a España, ocupamos la posición número 32 en esa lista, así que tenemos muchas cosas que mejorar si queremos encontrarnos entre los mejores. Apostar por hábitos ecológicos en nuestros principales centros turísticos es una buena manera de empezar a conseguirlo.
La verdad es que llevamos mucho tiempo procurando convertir a nuestro país en una referencia turística y medioambiental. Lo primero ya lo hemos conseguido y en lo segundo ya tenemos un trabajo previo. España es una nación líder en lo que tiene que ver con el desarrollo de energías renovables y ya hemos movido la legislación en lo que respecta al uso de vehículos que dependen de combustibles fósiles, además de limitar e incluso prohibir la entrega de bolsas de plástico de un solo uso en centros como los supermercados. Sin embargo, es necesario seguir dando pasos hacia delante porque ya estamos viendo que, a pesar de todos esos avances, es necesario mucho más para conseguir ascender en ese ranking y, lo que es más importante, mejorar el estado de salud de la Tierra.
Una labor que nos compete a todos y todas
Hay que tener claro que el cuidado del medioambiente nos compete a todas y cada una de las personas que formamos parte de este mundo. Hablamos de personas físicas… y también de las jurídicas: las empresas y las instituciones. Solo con un trabajo conjunto entre todos estos actores y actrices podemos conseguir avances en un tema que es tan serio y que se ha puesto tan complicado en los últimos tiempos. Ojalá que veamos cumplidos los objetivos de los que estamos hablando porque, en caso de que no sea así, vamos a padecer bastantes problemas de salud y de calidad de vida más pronto que tarde. No penséis que esto es algo que van a padecer las generaciones futuras: vosotros y vosotras también lo haréis.
Precisamente por eso debemos poner toda la carne en el asador para intentar paliar los efectos de males como el cambio climático o la falta de algunas materias primas que ya están agotadas. Debemos conseguir que la conciencia cambie por completo y el ser humano empieza a tener en cuenta que no puede vivir y producir al ritmo que lo ha hecho hasta ahora. De eso va a depender la calidad de vida de las personas que habitamos el planeta ahora y de las personas que lo habitarán durante las próximas décadas. Hacer que haya una contribución en un aspecto tan cotidiano a día de hoy como lo es el turismo es un avance que consideramos importante, pero que necesita el complemento de otras muchas actividades para que se consiga el objetivo final: conseguir mejorar el estado de salud del planeta.
Nadie se puede quedar al margen de un asunto como del que estamos hablando. La persona que no colabore en el cuidado del medioambiente está haciendo que el trabajo de otra sea completamente nulo. Y la empresa que no colabore, estará haciendo lo propio con alguna otra entidad que sí esté invirtiendo su tiempo y dinero en conseguir que sus procesos sean más ecológicos y que exista un mayor respeto por el entorno en el ejercicio de su actividad. Debemos hacer posible que la conciencia siga creciendo y que sean cada vez más las posibilidades que tenemos de cambiar las cosas.
¿Margen de mejora? Por supuesto
Tenemos muchas cosas que mejorar en todos los sentidos. Es cierto que se están produciendo avances en materia medioambiental, pero la llegada de nuevas tecnologías va a seguir abriendo puertas que tenemos que atravesar y de las que tenemos que beneficiarnos. Ojalá que las personas y las empresas, así como las instituciones, sigamos trabajando en la línea de lo que venimos haciendo y que sigamos dedicando buena parte de nuestros esfuerzos para conseguir que la Tierra mantenga un buen estado de salud. Es algo que le debemos al planeta y a las generaciones que están por venir.
Acostumbrarnos a cuidar de la Tierra es algo que nos va a hacer mucho bien. Debemos tener en consideración que es equivalente a cuidar de nosotros mismos. Si tenemos un coche de diésel o gasolina, perjudicamos nuestra salud porque estamos cerca de los gases que producen. Si no cuidamos del tipo de productos que comemos y de que estén elaborados de un modo ecológico, nuestro cuerpo no los procesará igual. Si no somos partidarios de construir zonas verdes en nuestras ciudades, la calidad del aire que respiremos será mucho peor. Sois vosotros y vosotras los que decidís qué queréis para cada una de esas cosas.