La tendinitis es la inflamación o hinchazón del tendón, la estructura que une el músculo con el hueso. El paciente con está patología siente dolor en la articulación afectada, sobre todo, por las noches.
Las zonas que tienden a sufrir tendinitis son rodillas, hombros, codo, cadera, tobillos y muñecas. Si la tendinitis no se trata a tiempo se puede producir la rotura del tendón.
Los pacientes deben acudir a un traumatólogo porque brinda una atención personalizada, teniendo en cuenta las necesidades individuales de cada paciente.
Los profesionales de Vitalfisio explican que «la traumatología, es la rama de la medicina especializada en los traumatismos (lesiones generadas por agentes mecánicos) que se producen en el aparato locomotor y sus consecuencias. El estudio de estas lesiones del aparato locomotor es necesario para desarrollar un diagnóstico y posterior tratamiento del paciente».
Puedes reducir el dolor con el ejercicio moderado y la fisioterapia. «Aunque los primeros días de dolor más intenso se recomienda reposo y tratamiento, a medida que los tejidos se reparan es posible retomar la actividad física, controlando la intensidad para no forzar el cuerpo», afirma la fisioterapeuta Noelia Sánchez.
El dolor disminuye porque el ejercicio aumenta la vascularización de la zona lesionada y se mejora la nutrición de los tejidos. La tendinitis aparece por una lesión recurrente o la repetición del mismo movimiento de forma continuada en el tiempo.
También hay otras causas menos comunes, como las metabólicas por carencias en la alimentación y la hidratación, o tendinitis con un origen degenerativo.
Incluso algunos medicamentos pueden incrementar el riesgo de padecer esta patología como: los antibióticos conocidos como fluoroquinolonas, los corticoides como la cortisona y los inhibidores de la aromatasa, utilizados para reducir el riesgo de tener cáncer de mama.
Es aconsejable adaptar el ejercicio a la lesión y el mantener la comunicación con el traumatólogo, fisioterapeuta y entrenador personal para realizar el programa de entrenamiento más adecuado.
«Se debe valorar la variabilidad de los ejercicios, la técnica, el terreno en que se suele entrenar, antes y después del percance, y los tiempos de entrenamiento. A veces cosas tan nimias como el tipo de calzado puede ser el responsable de la inflamación. Los ejercicios en piscinas son los más recomendados debido al bajo nivel de impacto del agua en el aparato locomotor. Estos facilitan la vuelta gradual a la actividad por parte del deportista. El tiempo de tratamiento es variable dependiendo de cada paciente , de su condición física o del tejido afectado, etc…», afirma la experta.
Los fisioterapeutas aconsejan los estiramientos. En las primeras sesiones se realizan estiramientos que permiten la relajación del músculo para que se reduzca la tensión sobre el tendón.
Para prevenir la tendinitis sigue las siguientes reclamaciones:
-Evita movimientos bruscos repetitivos.
-Con el ejercicio y una buena alimentación puedes mantener los músculos fuertes y flexibles.
– Evita la sobrecarga en brazos y piernas.
-Estira y calienta antes de realizar una actividad física.
-Cambia frecuentemente de postura y procura no forzar las posturas en el trabajo.
Tipos de tendinitis
Los tipos de tendinitis son los siguientes:
-El codo de tenista, que produce dolor en la parte exterior del antebrazo al girarlo, sin embargo, aparece el codo de golfista al realizar el movimiento contrario.
-La tendinitis aquílea o de Aquiles aparece en esa zona del pie y produce dolor por encima del talón al caminar.
-La tendinitis patelar o del saltador suele ocurrir en personas que practican deportes en los que se salta. El tendón que une la rótula con la tibia se desgasta y provoca dolor debajo de la rótula de la rodilla.
-La tendinitis del glúteo o trocanteritis dificulta el caminar, porque afecta a la zona del trocánter de la cadera.
-La tendinitis del supraespinoso o de manguitos rotadores, el dolor se refleja en la zona del hombro al rotarlo hacia atrás.
¿Qué es la tendinitis del i-Phone?
Un estudio desarrollado en la Universidad de Málaga (UMA), junto a un centro italiano y otro estadounidense, han comprobado que el uso continuado del móvil puede causar dolor en la base del pulgar.
«Las enfermedades están cambiando. En las consultas cada vez más nos encontramos con pulgares atrofiados, incluso ya se habla de la tendinitis del i-Phone», afirma la profesora del departamento de Fisioterapia de la UMA, Raquel Cantero.
Ya no se utiliza tanto la pinza de la mano, por las pantallas táctiles se escribe menos y se usa también en menor medida el pulgar. La investigación se ha publicado en la revista científica Reumatismo.
«Si al igual que ocurrió en el cerebro del primate cuando al bajar de los árboles su estructura cerebral fue cambiando conforme la mano empezaba a utilizarse para realizar otras funciones diferentes, nos preguntamos si el paso del tiempo no dejará esa huella en la actualidad con el cambio de uso del pulgar, el dedo clave en la presión y funcionalidad de la mano en los seres humanos», explica Cantero.
El diario 20minutos informa que «lo mejor es no pasar demasiado tiempo seguido con el dispositivo y en la misma postura, haciendo pausas cada 20 minutos. Hay que intentar mantener una buena postura, sin forzar las muñecas y colocando el dispositivo a la altura de los ojos, para no inclinar el cuello, además, no es mala idea intentar utilizar otros dedos que no sean el pulgar, el que más sufre en estas situaciones».