Evitar la caries comiendo es posible con alimentos no cariogénicos

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 Desde que empezamos a tener uso de razón, no mucha pero alguna, se nos educa en contra de algunos alimentos. Estos alimentos son demonizados por los adultos que alegan continuamente que se nos van a “picar” los dientes, produciendo la temida, molesta y antiestética caries. Se trata de los productos con alto contenido en azúcar, dulces y no tan dulces pero muy pero que muy, procesados. Estos alimentos, sobra decir que son la gloria y el afán de cualquier niño y por tratar de enemistar a esta relación natural, lo que se produce es un acercamiento. Acercamiento y gusto por lo prohibido. La psicología inversa viene bien en ciertos casos y este, es uno de ellos.

Los tiempos han cambiado y ahora se trata de evitar el consumo de estos productos en la infancia inculcando a los pequeños los valores de la fruta y el sándwich de pan integral y pavo cocido. Esto está muy pero que muy bien, educar en una buena alimentación es la clave para disfrutar de una excelente salud. Pero a nadie le amarga un dulce y la tentación siempre está acechando. Todos, mayores y pequeños, sucumbimos de cuando en cuando a uno de esos placeres denostados.

No importa si cedes alguna vez. A parte de existir estos alimentos amigos de la caries, existen alimentos que actúan como claros defensores de nuestro esmalte dental. Clínicas dentales de alto nivel como Dental Fit hacen apología de este tipo de alimentos en lugar de vilipendiar a los enemigos de la sonrisa. Esta metodología educativa en cuestiones de salud bucodental, resulta más prudente que la adoptada durante las décadas pasadas. Sabemos de sobra que siempre vamos a querer aquello que se nos niega, con lo cual, dejemos de negar ciertos alimentos y permitámoslos en la dieta pero siempre de forma moderada y haciendo uso de la psicología de los alimentos.

La caries es una enfermedad dental muy frecuente que afecta a miles de millones de personas en todo el mundo. La prevención es la clave de este problema, por lo que saber todo lo necesario sobre la misma, es fundamental. A continuación hablaremos de los alimentos cariogénicos, aquellos que provocan caries, pero también lo haremos sobre los no cariogénicos. Es decir aquellos que ayudan en la prevención.

Alimentos cariogénicos

Para que nos entendamos, explicaremos brevemente que es esto de los alimentos cariogénicos. Se trata de aquellos alimentos que contienen en su composición una elevada cantidad de azucares y carbohidratos simples. Estos pueden ser convertidos en ácidos por la placa bacteriana residente en nuestras bocas, de manera que ataquen a los dientes. En el caso de dejarlos atacar durante cierto tiempo, el resultado es una caries.

Si bien es cierto que este tipo de alimentos tienen gran responsabilidad en lo que a caries y sus causas respecta, no son los únicos que deben ser tenidos en cuenta. Aspectos como la genética, el estilo de vida, la salud e higiene bucal, contribuyen a que estos alimentos sean más o menos cariogénicos.

No obstante, cuando se consumen este tipo de alimentos, se produce una liberación de azúcar en la boca provocando una reacción química en los dientes. Dicha reacción química viene originada por las bacterias que se hayan presentes en la boca, concretamente en la placa dental. De esta manera lo que se produce es una conversión del azúcar en ácido. Este ácido resultante, corroe el esmalte dental y genera la formación de caries.

¿Cuáles son los alimentos cariogénicos a evitar? La mayoría ya los conocemos porque la sociedad y los dentistas, se ha encargado de enseñárnoslo. No obstante, hablemos de ellos.

Los primeros endemoniados de la lista, no son otros que los carbohidratos. Este grupo de alimentos son unos de los principales responsables de la caries. Los cariogénicos por excelencia son los refinados como el pan blanco y las harinas, debido a su fácil descomposición en azúcares simples. Los hidratos de carbono más complejos, presentes en cereales son mejor elección, pues además de contener menos azúcar, se degradan más lentamente.

Los azúcares simples como la sacarosa, la glucosa o la lactosa, no son nada saludables para los dientes. Su rápida descomposición en la boca hace que sean rápidamente metabolizados por las bacterias. Ejemplos de estos alimentos son los dulces, zumos o bebidas azucaradas.

Otros alimentos nada gratos para nuestra dentadura, son los alimentos con alto contenido en ácido como cítricos, vinagre o bebidas carbonatadas que pueden dañar el esmalte. El ácido presente en estos alimentos, es perfectamente capaz de disolver el calcio favoreciendo la formación de caries. Lo mejor es evitar su consumo (incluyendo la naranja como cítrico por antonomasia) pero si no eres capaz, lo mejor es enjuagarse la boca con agua tras su consumo.

Como se puede comprobar la lista no es tan extensa a pesar de que abarca muchos tipos de alimentos y productos. Todos ellos con gran acogida por el público, sobre todo infantil a los que el dulce vuelve más locos. Aunque a los adultos también les va la marcha y enloquecen ante los productos refinados más azucarados y perniciosos para los dientes.

Alimentos no cariogénicos

A diferencia de los alimentos cariogénicos, los no cariogénicos, cuentan con una característica esencial: poseen una cantidad de azúcares simples inferior a la que tienen los cariogénicos. Esto se traduce en que la existencia de azúcares en la boca no estará tan disponible para que las bacterias se ocupen de convertirlas en los temidos ácidos que destruyen el esmalte dental.

Dentro de este tipo de alimentos, podemos encontrar todos aquellos con alto contenido en fibra como las verduras, frutas y legumbres. Estos alimentos además, poseen un alto contenido en minerales como el calcio, el magnesio o el fósforo que ayudan en la protección y fortalecimiento del esmalte.

En consecuencia, los alimentos no cariogénicos no solo ayudan en la prevención de la formación de caries, al ser tan saludables, contribuyen en la reducción del riesgo de padecer otro tipo de patologías como la obesidad o el sobrepeso, problemas cardiovasculares y en general, gozar de una mejor salud y calidad de vida. En cualquier caso, lo importante es recordar que el consumo de alimentos no cariogénicos no reemplaza en ningún modo el uso del cepillo de dientes y el hilo dental. Constituyen una de las formas de prevención que deben combinarse para evitar la aparición de caries.

Los alimentos no cariogénicos más recomendados son las frutas y verduras que, además son ricas en vitaminas, minerales y ayudan a fortalecer los dientes. Sin olvidar que su alto contenido en fibras, contribuye en la limpieza de los dientes eliminando la placa bacteriana. Algunos ejemplos de frutas y verduras especialmente adecuados para este fin, son las manzanas, las peras, el brócoli, las espinacas y las zanahorias.

Alimentos ricos en calcio son esenciales para la salud, no solo porque ayuden a fortalecer huesos y dientes, también son excelentes para favorecer la reparación del esmalte dañado por los ácidos. Son alimentos ricos en calcio la leche, el yogur o el queso, así como vegetales de hoja verde y frutos secos.

Otro grupo de alimentos no cariogénicos lo componen los que son ricos en fósforo, otro de los minerales esenciales para nuestra dieta. Son alimentos ricos en fósforo la carne, el pescado, los huevos y productos lácteos que ayudan a fortalecer los dientes y mantenerlos sanos.

En definitiva para prevenir la caries que produce el consumo excesivo de alimentos cariogénicos, lo fundamental es tomar las siguientes mediadas que se centran en la reducción del riesgo a que se produzcan:

  • Limitar el consumo de alimentos cariogénicos lo máximo posible.
  • Aumentar el consumo de alimentos no cariogénicos para contrarrestar y mantener una buena salud bucodental.
  • Mantener una buena y correcta higiene dental que incluye cepillar los dientes tras cada comida, usar hilo dental y enjuague bucal.
  • Realizar las correspondientes visitas al dentista para tratar las caries de forma temprana en caso de que se produzcan.
  • Controlar la frecuencia de consumo de alimentos cariogénicos. Es decir lo que se come y cuantas veces al día se consume.
  • Elegir mejor los alimentos que vamos a consumir. Optar siempre por aquellos que contengan en su composición menos azúcares añadidos.
  • Controlar el tiempo de exposición a dichos alimentos y no dejarlos en la boca durante un tiempo prolongado.

Resulta de gran importancia ser consciente de los alimentos que consumimos con regularidad y saber en qué medida, estos pueden repercutir y afectar a nuestra salud dental. La finalidad es la prevención de la caries desde todos los ángulos posibles. Sin embargo, como ya hemos dicho con anterioridad, no solo la dieta es responsable de que se produzcan las caries, es igualmente necesario asimilar las medidas citadas anteriormente y cumplir con ellas. Sin olvidar las necesarias y casi obligadas visitas periódicas a la consulta del dentista.

En cualquier caso, no se trata de no comer cierto tipo de alimentos ni considerarlos como prohibidos. Se trata de hacer uso de la lógica y optar con mayor frecuencia por los alimentos más beneficiosos para nuestra salud, para, de cuando en cuando, darnos un merecido capricho sin que se produzcan consecuencias.

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