Los medicamentos son necesarios. Están ahí para facilitarnos la vida cuando nuestra salud se ve mermada por algún motivo. Los encargados de desarrollar y fabricar los medicamentos, son esenciales en nuestra vida, pues sin ellos, los medicamentos, no existirían. Dentro del sector, existe una cadena de suministros y de trabajo en la cual se incluyen las fábricas o laboratorios y las farmacias como punto de encuentro entre medicamento y usuario. Las farmacias y los farmacéuticos son conocedores de todos los medicamentos y la actuación que ejercen en nuestro organismo para mejorar nuestra salud.
Estos profesionales que gozan de una excelente reputación en nuestra sociedad, pueden resolver muchos problemas de salud sin necesidad de que el médico haga una receta. Lo que nos quiere decir es que están perfectamente cualificados para procurar cualquier remedio necesario. Aunque cabe señalar que los medicamentos tampoco son la panacea y, en ocasiones, no hacen tanto bien como debieran. En cualquier caso, la industria farmacéutica es una de las más grandes y acapara muchos ámbitos, razón por la que es indispensable que se convierta en una aliada de la sostenibilidad, tan en auge.
Con toda probabilidad, la mayoría de nosotros no nos hemos parado a pensar en lo que esta industria puede hacer para contribuir a mejorar el medio ambiente. Casi seguro que ni siquiera pensemos que puede resultar contaminante puesto que “salva vidas”. Lo cierto es que si, como nos aseguran desde Farmacia El Ancla Huelva, el sector genera contaminación y trabaja de forma continua para subirse al carro de la sostenibilidad y aportar su granito de arena.
Siguiendo la estela de la Agenda 2030, que implica mejorar la vida de todos, sin dejar a nadie atrás, asegurando la prosperidad y garantizando la prosperidad del planeta, la industria farmacéutica ha adoptado medidas para ayudar a que se cumplan los objetivos. Esto lo hace en la medida en que trabaja para mejorar la salud y la calidad de vida de las personas y fomenta un modelo económico que se basa en el empleo cualificado, la investigación, el desarrollo y la innovación.
Persiguiendo objetivos
Para la industria farmacéutica, algunos objetivos, como el referente a la Salud y el Bienestar, es esencial, debido a que juega un papel protagonista. Casi la totalidad de los medicamentos disponibles, son el resultado de la investigación y desarrollo para la introducción de nuevos medicamentos que son responsables del setenta y tres por cien de prolongación de la esperanza de vida.
La actividad del sector, ha hecho que sea posible realizar progresos antes impensables en lo referente al abordaje de las enfermedades de mayor gravedad y prevalencia. En casos como la hepatitis, logrando la curación mientras que en otros el control de los síntomas. El resultado es la conversión de las patologías que antes eran mortales en patologías crónicas.
En cuanto a lograr proporcionar la cobertura sanitaria universal para el año dos mil treinta, en particular proporcionando acceso a medicamentos y vacunas, la industria se encuentre firmemente comprometida. Las claves para lograrlo pasan por fortalecer la atención primaria, investigar más y mejorar el acceso a los tratamientos.
Si cambiamos de objetivo y dejamos a un lado la salud, nos encontramos con la igualdad de género. Este objetivo constituye el número cinco de la lista y se centra en alcanzar la igualdad de género, asegurando la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo. La industria farmacéutica, en calidad de sector industrial, se encuentra a la cabeza del tejido productivo y plenamente comprometida. Al margen de los programas destinados a la igualdad y la diversidad, la conciliación, el acoso y la violencia de género en cada compañía en concreto, el sector presente uno de los mayores índices de presencia femenina en puestos directivos y cuenta con la menor brecha salarial del conjunto de la economía española.
Otro de los objetivos de la Agenda, es la promoción del crecimiento económico, sostenido, inclusivo y sostenible, el pleno empleo y productivo con un trabajo decente para todos. La industria farmacéutica, como líder en inversiones en investigación y desarrollo y empleo de calidad, cumple con la meta de lograr niveles más elevados de productividad económica mediante la diversificación. En este sentido, las empresas encargadas de la fabricación de los productos farmacéuticos españolas, tienen una producción valorada en más de quince mil millones de euros, mientras que a nivel mundial, asciende a los setecientos cincuenta mil. Se trata sin duda, de un sector en crecimiento constante.
Respecto al trabajo decente, el sector mantiene un modelo de empleo de calidad, caracterizado por su estabilidad, su elevado nivel de cualificación y la dedicación.
Dentro de la misma línea, el Objetivo 9 de la Agenda, se centra en las cuestiones económicas y productivas, en las que destaca la importancia de contar con infraestructuras de calidad, contribuir al empleo de calidad y aumentar la investigación científica y mejorar la capacidad tecnológica. Todos estos puntos, son desde hace tiempo, el sello de identidad de la industria.
Alcanzar un consumo y producción sostenible, fomentando el uso eficiente de los recursos y la energía, construyendo infraestructuras que no dañen al medio ambiente y mejorando el acceso a los servicios básicos, entre otros aspectos, forman parte de los objetivos que plantea la Agenda. Este objetivo que hace fuerza para lograr la protección del medio ambiente, forma parte de las actuaciones que la industria farmacéutica lleva a cabo. Siendo el principal impulsor del sistema Sigre, una entidad sin ánimo de lucro que recicla envases y restos de medicamentos.
La importancia de la alianza
Para cumplir los objetivos que marca la Agenda 2030, es esencial crear alianzas que permitan que todo el mundo avance al mismo tiempo en cada objetivo. El último de los objetivos de la Agenda, es evidentemente, este: crear las alianzas necesarias para lograr alcanzar los objetivos juntos.
De tal manera que este objetivo se centra en uno de los ámbitos que más destacan para la industria farmacéutica: la capacidad de alcanzar objetivos de forma conjunta, una forma de actual más que habitual en el sector, sea en investigación y desarrollo, sostenibilidad y cooperación con países en vías de desarrollo.
En el caso de la investigación y desarrollo que hace la industria, no hay que olvidar que el desarrollo de los diferentes medicamentos, se lleva a cabo en un esquema de colaboración público-privada, tanto en la etapa pre clínica como en la clínica, realizando ensayos clínicos en conjunto con hospitales y centros sanitarios, dentro de un marco internacional. En nuestro país, la mitad de los fondos dedicados a la investigación, se invierten en proyectos que se realizan en colaboración con universidades, centros de investigación y hospitales, sean públicos o privados.
Otro de los ejemplos de cómo la industria contribuye con el cumplimiento de los objetivos de la Agenda, lo encontramos en el desarrollo de alianzas en el ámbito de la investigación, con el programa Farma-Biotech de Farmaindustria. Este programa permite que los investigadores con proyectos que cuenten con el potencial innovador necesario, entren en contacto con las compañías farmacéuticas que puedan asumir el desarrollo de nuevos fármacos.
En lo que atañe al medio ambiente, coopera con los puntos Sigre, ya citados, siendo el nexo de colaboración entre laboratorios, mayoristas, farmacias y entidades de referencia. La capacidad de la industria farmacéutica para alcanzar y establecer alianzas en cuestiones de sostenibilidad económica y acceso de los pacientes a la innovación queda manifiesta en actuaciones como el Convenio por la Sostenibilidad, el Acceso y la Innovación suscrito entre la citada Farmaindustria y el Gobierno. Este acuerdo, se orienta al control del presupuesto y se suma a otras iniciativas y soluciones proporcionadas en los últimos por parte de administraciones sanitarias y compañías farmacéuticas. En el mismo, se establece que en el caso de que el gasto público en medicamentes crece mas que el PIB, la industria deberá devolver la diferencia. Lo que permite incorporar la innovación sin alterar los presupuestos del estado y contribuye a proporcionar un acceso equilibrado y equitativo por parte de los pacientes a los medicamentos que les sean necesarios, asegurando la sostenibilidad del sistema sanitario.
Por lo tanto, lo que podemos decir respecto a la participación de la industria farmacéutica en todo lo relativo a la sostenibilidad y cumplimiento de objetivos de la Agenda 2030, es que cumple con todos aquellos aspectos que le atañen. Solo queda comprobar si las fábricas de medicamentos cumplen igualmente con la normativa necesaria para ser sostenibles y menos contaminantes, dado que, como todos sabemos el sector ha gozado siempre de una merecida fama contaminadora sobre el medio ambiente. Confiamos en que soslayen todo lo necesario para que la producción sea verdaderamente sostenible y cumplan como aseguran con todo lo pactado en los diferentes convenios.
Sin duda, hay que destacar la labor que realizan con los puntos Sigre en los que el desperdicio de medicamentos disminuye gracias a la medida propuesta. Estos puntos de reciclaje o recogida de medicamentos que podemos encontrar en las farmacias, evitan que los medicamentos o productos sanitarios, claramente contaminantes, sean tirados a la basura y permite dar un nuevo uso a los elementos que en ellos se recogen.