Uno de los grandes problemas que preocupan a la gente con conciencia ambiental es el efecto que provocan los desechos producidos por el ser humano a nuestro planeta. Este problema más que evidente a nivel terrestre ha sido ignorado durante décadas en los océanos donde era más fácil ignorarlo al no convivir a diario con los desechos, es algo que nos ha resultado lejano, inexistente, pero que como siempre, el mar nos devuelve para recordarnos lo que estamos haciendo.
El cuidado de nuestro planeta es responsabilidad de los seres humanos, como habitantes de la superficie terrestre y dependientes de ésta, debemos cuidar nuestro hogar, por nuestro bien propio y el de las generaciones venideras. Pero no solamente debemos pensar en el humano, sino en el resto de los seres vivos que sin tener culpa alguna sufren los efectos de la basura que generamos.
Por desgracia el problema ya no se puede ignorar por más tiempo ni se puede esconder bajo la alfombra, a diario recibimos noticias lamentables del estado del fondo marino de nuestras costas, mayoritariamente dañado por materiales que no se degradan como pañales, toallitas higiénicas y plásticos varios que se han empezado a conocer como mareas de microplásticos. De esta triste situación nos alertan desde el Puerto de buceo del Puerto de Santa María, en Cádiz, desde donde se lamentan de que si no se toman medidas urgentes para evitar la llegada de esos desechos al mar, no solo dejaremos de disfrutar del deporte submarino para conocer y enamorarse del mundo subacuático, sino que sufriremos al igual que el planeta las consecuencias de ello, nuestra calidad de vida cada día más mermada, nuestra alimentación y nuestra salud.
Estamos hartos de ver en la prensa escrita y audiovisual cuáles son los efectos de la mala costumbre de arrojar algodones, pañales y toallitas higiénicas. No solo es asqueroso, sino que además es muy triste comprobar que por más que se avisa a la población de que estos desechos no deben ir a parar al alcantarillado, esto sigue sucediendo. Este tipo de basura no degradable deben ir a parar a la papelera, no ser arrojados por el wáter, porque debido a esto cada vez más podemos ver cómo se atasca el alcantarillado público y las depuradoras suponiendo esto no solamente gasto público, atascos y problemas de funcionamiento, sino que en el peor de los casos los desechos acaban llegando al fondo marino.
Sobre las llamadas mareas de microplásticos, éstas se producen por la degradación de todos los plásticos que acaban llegando al océano. Tristemente nos llegan noticias a diario del sufrimiento de los animales que se ven obligados a convivir con mareas de plástico, tanto animales marinos, como aves que viven del mar, imágenes y videos de ballenas y focas que acaban muriendo con kilos de plásticos en sus estómagos engullidos por equivocación al confundirlos con los animales que suelen consumir; tortugas que quedan atrapadas en redes; y avenas que agonizan con pajitas atravesadas en sus esófagos…ejemplos del sufrimiento animal con desgraciado final.
Las mareas de microplásticos y las toallitas higiénicas enemigos número uno de los océanos
Es descorazonador comprobar lo que la actuación del ser humano y su actitud descerebrada e irresponsable está causando al planeta, al reino animal, y por ende, por más que queramos ignorarlo, a la salud del ser humano. No debemos olvidarnos de que contaminar el planeta y a los animales que viven en él acaba perjudicando al hombre, es evidente que si la tierra que cultivamos se encuentra contaminada, los productos que obtengamos de ella por ende, también lo estarán. Lo mismo ocurre con el mar y lo que obtenemos de él, cada vez son más los análisis y estudios que demuestran la cantidad de microplásticos y químicos que portan las diferentes especies marinas en sus organismos y que acaba consumiendo el ser humano.
La población y los gobiernos deben tomar conciencia del cuidado de nuestro planeta, tomar las medidas apropiadas para modificar estas conductas tan perjudiciales para la salud del planeta tierra, del reino animal y del ser humano. Por parte de los gobiernos, no solamente deben tomar acciones para controlar tanto a empresas como particulares y sus desechos con multas rigurosas, sino que es necesario que inviertan en ciencia y tecnología para desarrollar proyectos que recogen y reciclan los desechos plásticos y los convierten en productos de segunda generación de muy variada aplicación.