Nuestro planeta cada vez está más loco, lo mismo diluvia que se pasa el cielo meses y meses sin llover. Los veranos cada vez son más cálidos pero también tenemos épocas de frío repentino que suele pillas a la mayoría de ciudadanos españoles con la guardia baja y esto provoca que los aires acondicionados estén a toda mecha en verano mientras que en invierno se suela tirar de estufas eléctricas o de gas que contaminan y suben las facturas de esos meses notablemente. Pero ¿Qué soluciones tenemos?
Cada kilowatio hora de energía que consumimos supone la emisión de más de 400 gr de CO2 a la atmósfera, porque sólo un 7 % de esa energía se ha obtenido de fuentes renovables. Las puntas de consumo eléctrico ya se han desplazado del invierno al verano, y la red eléctrica padece sobrecargas que a veces provocan cortes de suministro.
Tal vez la mejor opción sería la construcción eficiente pero seamos realistas, no todos podemos cambiarnos de casa y mudarnos fácilmente, eso por no hablar de que si todos los hiciéramos generaríamos tal gasto de materiales y energía que colapsaríamos prácticamente todo el planeta.
La arquitectura bioclimática, la construcción vernácula, las casas pasivas no hacen otra cosa que tratar de aprovechar al máximo las formas y componentes del edificio, y las condiciones naturales que los rodean, para conseguir el confort con el mínimo (o nulo) aporte de energía “activa”. Pero como ya he dicho, no todos tenemos acceso a este tipo de vivienda.
Algunos apuestas por la reforma, y eso está genial pero es que no se trata solo de poner unos paneles solares en el tejado (lo que veo estupendo) sino de aislar correctamente las paredes de los edificios y poner ventanas con cristales térmicos para que se mantengan las temperaturas correctas en el interior de la vivienda.
Otros creen que la respuesta ante los días más calurosos del verano es el Ventilador pues tienen la falsa creencia de que su consumo eléctrico prácticamente nulo cuando la realidad es que el ventilador solo puede reducir la temperatura del aire entre 1 y 2 grados y consume de 100 a 200 Wh de electricidad lo que, aunque no sea demasiado aparentemente, si permanece encendido en verano las 24 horas del día es muchísimo.
El sistema de energía solar fotovoltaica puede ser una buena opción pues genera electricidad por medio de placas solares, una electricidad que puede ser consumida en aire acondicionado, iluminación, energía, etc. Según los expertos de García Guirado, el ahorro que se puede llegar a tener amortiguaría la inversión inicial en poco más de cinco años y el beneficio para el planeta es grandísimo.
Ahora bien, ¿y qué pasa con el inverno? Mucho hablar del calor del verano pero en invierno también necesitamos energía que caliente nuestros hogares. Pues bien, ese sistema de energía solar fotovoltaica también serviría pero siendo realistas hemos de pensar que en gran parte del centro y norte de España no conseguirían acumular la suficiente energía solar como para mantener en funcionamiento una climatización convencional, por eso otra opción fantástica son las calderas de biomasa.
Vimai, expertos en la venta de calderas de gas, gasoil y biomasa, aseguran que las calderas de biomasa suponen un ahorro económico y un beneficio ecológico magnífico.
La biomasa es un material eficiente, ya que reduce los gastos mensuales pero también es un medio de calefacción económico y limpio. Funcionan con un combustible llamado pellet (virutas prensadas y serrín), el cual es 100% renovable y está fabricado con residuos vegetales. De esta forma, no emite altos niveles de CO2 al ambiente y casi no genera hollín, en comparación con otros combustibles.
El avance de las nuevas tecnologías
No obstante debemos mantener cerca cualquier información al respecto puesto que las nuevas tecnologías, lejos de ser solo un avance en sectores poco ecológicos, también pueden ser un gran aliado contra la contaminación medioambiental.
Un equipo de investigación de la Universidad de Córdoba (UCO) ha diseñado un sistema de climatización que produce aire frío a partir de la energía solar térmica, un prototipo construido por la empresa cordobesa Keyter Technologies que con el que se experimentará en los próximos meses de verano.