Autoconsumo energético

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No es que ahora vaya a poner la mano en el fuego por ningún político español, de hecho no confío en ninguno, pero al menos a Pedro Sánchez se le ha visto la intención de mejorar las cosas en lo que energías renovables se refiere. Que luego cumpla o no es otro tema, pero un paso es un paso y eso hay que reconocérselo. Ayer mismo, Sánchez prometía una “revolución” del autoconsumo energético en España ¿es de ilusos creerle? ¿abrimos el cofre de la esperanza? ¿qué opinión tenéis?

Hasta ahora el autoconsumo energético en nuestro país tenía demasiadas trabas: desde impuestos y aranceles hasta instalaciones imposibles o “regalos” a empresas eléctricas tradicionales en forma de energía, pero ahora, Pedro Sánchez, ha anunciado que su Ejecutivo está decidido a apoyar los proyectos y planes enfocados al autoconsumo energético entre particulares. Un propósito que, incluso, proyecta la eliminación de trámites y «trabas jurídicas».

Efieman, empresa de servicios energéticos en Albacete,  nos ha asegurado que si se eliminaran todos estos problemas y se facilitara un poco el acceso de la ciudadanía a este tipo de energía renovable, más del 60% de la población empezaría a plantearse el salto al autoconsumo en un plazo de tiempo medio, y a la larga hablaríamos casi del 80% de la población según sus últimos datos.

Tres prioridades para el nuevo Gobierno

  • Una ley de cambio climático y transición energética
  • Un plan nacional integrado de energía y clima
  • Un plan integral de innovación tecnológica y desarrollo económico de la transición energética

El presidente del Gobierno insiste en su idea de una transición ecológica. Para eso creó un ministerio bajo ese mismo nombre y comandado por Teresa Ribera. Ella será quien lleve a cabo las tres metas del Ejecutivo de Sánchez para dejar atrás los vetos al autoconsumo y alcanzar un sistema energético más «democratizado».

Sánchez ha reiterado que el Ejecutivo aprobará una Ley de Cambio Climático y de Transición Energética, así como un Plan Nacional de Integración de Clima y nuevas medidas para la innovación tecnológica y su desarrollo. Ha dicho que así lo exige España tras la amenaza evidente del cambio climático y el elevado nivel de emisiones de CO2 que se ha disparado en 2017 y ha crecido el 4,4 % respecto a 2016.

Así, el adiós al impuesto al sol, se hace más patente que nunca y la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) asegura que si se agilizan los trámites,  se prevé la instalación de 300MW de autoconsumo al año en España, lo que evitaría la emisión de más de tres millones de toneladas de CO2 al planeta.

No podemos olvidar que, a pesar de lo atrasados que estamos, España es uno de los mercado claves para las energías renovables, sobre todo por nuestra climatología, y lo seguirá siendo en los próximos años.

Vamos por buen camino

Por ahora, 70 ciudades españolas de más de cien mil habitantes están facilitando el autoconsumo, lo que no es poco teniendo en cuenta la situación actual al respecto, tanto económica como política.

A pesar de las trabas que introdujo el RD 900/2015, como el denominado “Impuesto al sol” (pronto derogado), se han seguido haciendo instalaciones de autoconsumo durante estos años en toda España y los ayuntamientos han asumido un papel fundamental en el impulso de estas instalaciones con el desarrollo de normas y e iniciativas a su favor, como la bonificación en el IBI y en el ICIO. De hecho, el 60% de las ciudades españoles mayores de 100.000 habitantes ofrecen estos descuentos.

Sin embargo aún estamos lejos de los datos europeos. Así, como ejemplo a seguir, encontramos la isla alemana de Burkum, que distribuye los kilowatios de sus paneles solares gracias a una inversión en inteligencia artificial.

Se trata de un sistema novedoso basado en la colaboración ciudadana: los ciudadanos retienen energía en el garaje de casa, una energía que usan limpia y gratuitamente, y gracias a una instalación muy novedosa comparten el resto de energía con sus vecinos. Así han conseguido un ahorro energético y un maravilloso stop ante la contaminación medioambiental digno de imitar, y por eso Santander tiene puesto el ojo en este sistema. El Ayuntamiento de Santander ha sido un socio observador del proyecto. Es decir, un socio invitado que no insufla capital pero que toma nota de todo para ver si reproduce el modelo y mejora sus servicios públicos, con 23.000 puntos de luz en las calles y edificios administrativos.

¿Estamos por fin ante un cambio positivo en nuestro país?

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